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La Huaca Huallamarca se encuentra localizada en el distrito de San Isidro, dentro del departamento y región de Lima. Se trata de un conjunto arqueológico que también responder al nombre de Pan de Azúcar –a causa de la hacienda donde se encontraba- y que habría tenido su edificación aproximadamente en el siglo III, siendo habitada incluso hasta el periodo de expansión incaica en el siglo XV.
Huallamarca, es una palabra compuesta por dos vocablos quechuas cuyo significado conjunto es “Pueblo de los Huallas” y fue el nombre que el arqueólogo Julio C. Tello le diera tras su descubrimiento. Se trata, a nivel histórico de un asentamiento que perteneciera a la Cultura Lima (aunque también habría habido ocupación Wari e Inca), más en específico un Centro Ceremonial, posiblemente el principal centro político-religioso del lugar y, actualmente, una de las pocas huacas que aún se conservan en este distrito. Esta es importante ya que en su interior se han logrado encontrar al menos 48 fardos funerarios, evidencias de un cambio de la funcionalidad del recinto.
Respecto a la arquitectura de Huallamarca, esta es una pirámide trunca, de tres niveles. Esta se presenta una base rectangular, cuya medida es de 65 metros por 110, cuya altura, a causa de los distintos pueblos que han pasado por ella, se ha visto afectada, alcanzando finalmente los 17 metros. A nivele estructural Huallamarca se encuentra hecha a base de ladrillos de adobe, además de estar enlucidos con una capa de barros. Se piensa también que se habría encontrado pintada de color amarillo.
Entre los restos fúnebres que se encontraron en esta Huaca, durante las excavaciones de 1958, que se hicieran sobre la cima de la pirámide, puede verse la presencia de una momia de una cabellera de aproximadamente 2 metros de longitud; del mismo modo también es significativa la presencia de un manto que pareciera tener influencia Tiahuanaco.
Sobre el ritual de enterramiento, este se caracterizaba por pasar por tres periodos, el primero por sepultar a sus muertos acostados boca arriba, y extendidos en especies de camillas hechas de cañas. El segundo, que sería sepulturas posteriores, donde el ritual de enterramiento cambia y se desecha la posición horizontal del cuerpo por una en posición fetal, junto con la presencia de mantos en vez de esterillas. Y el tercero donde el cuerpo del muerto se encuentra en un fardo, donde está presenta una falsa cabeza. En los enterramientos también se encontraron en las excavaciones ofrendas funerarias, hoy visibles en el museo del sitio, donde pueden observarse restos de instrumentos musicales, herramientas de sus oficios, entre otras cosas.
La municipalidad de San Isidro ha suscrito un convenio de cooperación cultural interinstitucional con el instituto nacional de cultura, para el estudio y puesta en valor de esta zona arqueológica, la cual incluye el establecimiento de un museo de sitio que permitirá apreciar a los visitantes la información cultural que se viene obteniendo de las investigaciones científicas realizadas sobre la vida de nuestros antepasados.
Así podremos lograr una interpretación histérica mas ajustada a la realidad, desde el siglo VI d.C. hasta el siglo XV con el advenimiento del Imperio Incaico.
El nombre de Huallamarca deriva del vocablo quechua “marca” que significa, comarca o pueblo y Hualla era el nombre de una tribu.
Cuando los Incas en el siglo XV llegaron a la costa, encontraron poblado el valle de Lima por varias tribus una de esas tribus era los Huallas.
Los Huallas utilizaron el lugar para enterrar a sus muertos, pues, probablemente, las tierras de cultivo debieron ser muy útiles para servir a otros fines que no fueran los agrícolas.
Los testimonios hallados en las tumbas de la Huaca Huallamarca comprenden un lapso de tiempo que va desde el siglo VI d.C. hasta el advenimiento de los incas en el siglo XV.
Los restos más antiguos corresponden a la cerámica llamada Maranga y los objetos más recientes aparecen asociados a la cerámica Chancay.
En el siglo IV después de Cristo este centro ceremonial es abandonado y esto se debería probablemente al inicio de la construcción de la Huaca Pucllana en el vecino distrito de Miraflores.
La costumbre peruana de enterrar al cadáver con sus bienes o pertenencias ha permitido exhumar multitud de objetos que dan idea del patrimonio cultural de antiguas civilizaciones.También se encontró en Huallamarca un nutrido manto intermedio caracterizado por tumbas cuyo menaje funerario estaba muy teñido de influencias Tiahuanaco.
No se hallaron elementos Incas, por lo tanto, podemos deducir que, a partir de mediados del siglo XV, este lugar, muy ruinoso, fue definitivamente abandonado.
De todo el material encontrado el correspondiente a la época intermedia es, probablemente, el más informativo, pues su variedad y número permite recompensar el cambiante
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panorama de las antiguas gentes que vivieron en San Isidro.
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