Aproximadamente 4.000 años después del comienzo de la agricultura, muchas aldeas del sudoeste de Asia se habían convertido en poblaciones de mas de 1.000 habitantes. En el sur de Irak y Egipto, comunidades estratégicamente situadas se transformaron ciudades con barrios, edificios públicos y recintos sagrados dando lugar al comienzo del urbanismo.

Arquitecto Usach propone crear parques inundables para evitar tragedias como las de Farellones

Apuntes y Notas

>>La idea es ocupar 300 manzanas de oriente a poniente, que en épocas normales serán un importante pulmón verde en Santiago y en época de grandes lluvias permitirán que las aguas escurran, sin provocar tragedias.

“Santiago es una ciudad de montañas y no de valles, porque la incidencia de la montaña en la ciudad no se puede descartar. Santiago tiene una montaña de 60 kilómetros de ancho hasta la frontera, un factor muy importante y; sin embargo, los capitalinos no la tomamos en cuenta”, señala el arquitecto Jonás Figueroa. El urbanista afirma que los aludes del fin de semana en Lo Barnechea ocurrieron por la intervención del hombre y por ello debiera establecerse estudios permanentes y multidisciplinarios para conocer mejor su comportamiento. 

El profesor de la Universidad de Santiago de Chile propone, desde hace más de diez años, la construcción de una red seca que restituya en las áreas urbanas, las quebradas naturales y que recojan las aguas de la ciudad. Esta red seca, de unas 300 manzanas de viviendas expropiables de oriente a poniente, constituirían parques lineales verdes que evacuarán de forma natural las caídas repentinas de lluvias. 

“En Santiago confluyen más de 70 quebradas. En la Universidad debiéramos tener una cátedra dedicada al escurrimiento de aguas de la montaña, para empezar a ver la montaña como un lugar positivo, observarlo como un sistema; tenerlo como el lugar de recreación que es, disfrutarlo como nuestro mejor espacio”, asegura el arquitecto. 

Por otro lado, asegura que “la montaña no es el lugar de crecimiento natural de la ciudad. Gran parte de los problemas que tenemos con la montaña, es que no la consideramos un sistema, no tenemos presente su información meteorológica, desconocemos su comportamiento natural frente a las intervenciones humanas, porque no las hemos registrado; entonces es necesario transformar la montaña, la que tenemos al lado, en nuestro aliado y no en nuestro enemigo. Debemos cambiar el concepto”. 

Los estudios del urbanista determinan que al menos cada cuatro años ocurre un evento extraordinario de lluvias y eso genera graves daños a la ciudad. “Por ejemplo, dice, una lluvia de 60 mm. durante 12 horas, cuesta a la ciudad unos 300 millones de dólares por atrasos, vidas humanas, destrucción de bienes, etc. Y si tenemos una cuenca urbana de 1.000 kilómetros cuadrados, ya me dirán a dónde llegan esas aguas. Santiago no puede oponerse al escurrimiento de las aguas, todo lo contrario debe asumirlo como un paso natural y la mejor manera de enfrentarlo es con estos parques inundables, que vengan desde las quebradas hasta el trazado del río Mapocho”. 

El arquitecto Figueroa apunta que la Quebrada de Huilque, donde ocurrió la tragedia en lo Barnechea, fue intervenida por el hombre. “Las casas estaban en el borde mismo de la quebrada, por donde escurren las aguas en forma natural. El hombre urbano parece desconocer el poder de las aguas y lo lógico es no oponerse a ellas”. 

“La montaña es un sistema que tiene sus propias lógicas, filosofías, comportamientos y hay que empezar a conocerlos si queremos obtener buen provecho de ella. La universidad con sus especialistas de Geografía, Ingeniería, Arquitectura, Obras Civiles tiene que transformar el concepto para apreciar la montaña en su verdadera dimensión. Hoy es un tema abandonado pero cada vez se hará más importante. Por otra parte, las áreas inundables en Santiago son las mismas áreas por donde escurrían las aguas en forma natural hace cien años, pero ahora el hombre se instaló en esos espacios y le quitó espacio a las aguas, eran espacios regados por canales agrícolas, el hombre se montó allí y no tuvo consideración con esos lugares, impidiendo el normal escurrimiento de las aguas”
Fuente: Universidad de Santiago de Chile

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